En una caricatura de televisión, de mucho tiempo atrás, se relata la historia de un león que fue dejado en un rebaño de ovejas por equivocación de una cigüeña. De un modo jocoso cuentan como el león creció entre las ovejas sin saber quien en realidad era. Nunca había visto su verdadero linaje o de donde venía, solo sabía ser una oveja. Una noche el lobo feroz llegó para atacar el rebaño. El león miedoso se escondió entre sus patas mientras el lobo se llevaba a una de las ovejas. El león era mucho más grande que el lobo y de seguro podía con él hasta derrotarlo pero la falta de identidad lo tenía aterrorizado y ciego a la verdad. La buena noticia es que el león finalmente toma conciencia de quien es y rescata a la oveja ahuyentando al lobo con un GRAN RUGIDO DE LEÓN.
En esta historia el león desconocía su origen, desconocía la raza de la cual él provenía; no sabía quien realmente era. Si no conocemos quien es Dios el Padre, no sabremos cual es nuestro "origen" o propósito al cual nacimos. La percepción que tengamos de nosotros mismos no será cierta, nuestra vista estará nublada de mentiras del enemigo y tinieblas. Dios desea que entremos en la profundidad de conocerle, es ahí donde hallaremos la verdad del porque hemos sido creados y quienes somos. Saber quienes somos debemos de volver al origen de todo, Cristo.
Vamos por el proceso de conocer a Dios entendiendo primeramente que nuestra relación con Él no son solo tiempos "reservados" para un momento en específico. Nuestra íntimidad en Él es una conexión constante con el Espíritu Santo. Su manera de darse a conocer es misteriosa pero a su ves sencilla. En nuestra vida diaria de escuela, familia, y/o trabajo estemos siempre alerta a lo que Dios nos muestra y nos habla. Es absurdo querer separarlo o quitarlo de nuestro presente en ciertos planes que hacemos en la vida. No podemos pasar por alto que Dios está en nosotros y en todo. ¿Quieres conocer a Dios? tienes que empezar a aceptar la realidad que Dios es Eterno y está en TODO. Nadie lo puso, nadie lo creo, no hay quien lo pueda mover. Desde antes del principio siempre ha estado, así que a fin de cuentas Él está en todo lugar. Conocélo al verlo envuelto en tu vida y en todo lo que haces. No debe de haber separación entre quienes somos y Dios.
"Para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado". Juan 17:21-23
Que la naturaleza de Dios sea nuestra naturaleza y que en toda libertad caminemos en quien es verdaderamente nuestro Padre. ¿Conoces a Dios? ¿Conoces cual es Su naturaleza?
"Conoce a Dios y sabrás quien eres; conoce a Dios y comprenderás Su amor"